FELIZ AÑO 2009…..O….CUANDO QUIERO LLORAR NO LLORO
( Primera Parte )
En estos días navideños, revisando la prensa mundial me topé con una caricatura referida a la situación internacional de las últimas horas. Allí estaba dibujado un tanque de guerra que entraba a una especie de feria en cuyo portal se leía ¡¡¡¡ FELIZ AÑO 2009!!!!!
Aún hoy, no puedo describir la desazón que dicho dibujo provocó en mi persona. Creo que este dibujo define en forma descarnada, dura y realista la situación que hoy vive el mundo. En estos días de navidad donde el espíritu humano tiende a la esperanza, a la alegría, a la paz, a la búsqueda de la reconciliación y a la concordia, vemos con estupor cómo ISRAEL, un país fuerte, con un ejército poderoso y armado hasta los dientes bombardea LA FRANJA DE GAZA dejando un reguero de sangre, lágrimas, destrucción y odio. O mejor dicho: ¡MÁS ODIO! Lo peor de todo es que al mundo pareciera no importarle nada de lo que allí ocurre. Cuando se observa el accionar de los organismos internacionales frente a estas situaciones de injusticias y arbitrariedades, no se puede evitar la sensación de que éstos son, o un enorme monumento a la hipocresía humana o sencillamente que están de manos atadas frente a los intereses de las potencias mundiales, llámense éstas como se llamen, o vengan éstas de donde vengan. Pensar que mientras una gran parte del mundo celebraba de alguna manera la llegada del nuevo año, comiendo y bebiendo, en Palestina, al igual que en otras partes de nuestro planeta, había gente sufriendo y padeciendo los estragos de situaciones absurdas e inmensamente trágicas. Creo que al estado de Israel le sale una severa condena mundial. La muerte de niños, jóvenes y civiles inocentes no tiene la más mínima justificación. ¡Eso es un pecado! ¡Eso es un crimen de Lesa Humanidad! ¡Tan horrendo como los que cometieron, en su momento, los nazis contra ellos mismos! Los dirigentes israelíes deberían ser llevados ante un tribunal de justicia para que respondan por sus actos. El estado israelí, debería ser condenado a responder, de alguna forma por las vidas y daños provocados a inocentes, que son, como de costumbre, los que pagan los platos rotos en todos los conflictos humanos.
Pero… ¿se puede censurar nada más que al estado hebreo por defenderse de los constantes e irracionales ataques a que se ve sometida su población a diario por los hombres que constituyen las milicias armadas y financiadas por intereses ajenos a la realidad del pueblo palestino? ¿Acaso éstos hombres milicianos que dicen luchar por la causa palestina son los primeros en la línea de combate? ¿Acaso no es verdad que cuando algunos de estos “sacrificados líderes” resultan eliminados, mueren sólo cuando les caen las bombas israelitas sobre sus cabezas y resultan aplastados por los escombros de lo que alguna vez fueron sus refugios? ¿O no es verdad que estos son los mismos hombres que llaman a la población Palestina al combate utilizando mensajes televisados grabados en el seguro refugio de países simpatizantes de la causa Palestina (¡Por lo general, árabes!) que de una u otra forma, le otorgan cobijo de buen o mal agrado? Refugios que, como ellos saben perfectamente, son muy difíciles de alcanzar por la venganza israelí.
Como lo que es bueno para el pavo, es también bueno para la pava, entonces, al igual que los líderes hebreos responsables de la actual matanza, también los líderes palestinos que mandan a morir inútilmente a centenares de jóvenes y se escudan tras la población árabe para cometer sus tropelías y ataques, hombres que viven de verter inútilmente sangre joven y valiosa en aras de un reconcomio que es avivado día a día por unos líderes animados sólo por un odio ancestral profundo que sólo piensa en destrucción y desolación y que mantiene a su propio pueblo postrado en un atraso secular propio de las sociedades manejados por gobiernos fundamentalistas y hasta fetichistas, deben ser llevados a un tribunal de justicia para que respondan por sus hechos y también paguen por sus crímenes. ¡Lo que es igual para todos no es trampa!
Así como ocurre esta cosa absurda y sin sentido en Palestina, también ocurre, con otros barnices, en otras partes del mundo: Mientras que en naciones industrializadas a veces hasta se derrocha la comida, el hambre se ceba en algunos países africanos y de otros continentes. Basta citar algunos ejemplos como: Zimbawue, Biafra, Sierra Leona, Rhuanda y Somalia entre otros.
Este último país, Somalia, pareciera padecer algo así como las siete plagas de Egipto. A una enorme inestabilidad política casi con carácter ancestral, se unen una gran hambruna, conflictos sociales y ahora enfermedades epidémicas. Somalia es un caos. A algunos de sus pobladores, pescadores de oficio, les ha dado por la piratería. Con justificación o sin ella, estos pescadores se quedaron sin la posibilidad de seguir pescando en un país hostil donde el caos constituye la normalidad de cada día. Con este panorama sombrío ante sus ojos, y sintiendo que no tienen nada que perder, no dudaron en lanzarse a la arriesgada aventura de asaltar y secuestrar embarcaciones de todo tipo que circulan frente a sus costas, y luego pedir rescate por ellas. Tan grave es el asunto que Europa se vio en la necesidad de crear una fuerza marina internacional para resguardo de la navegación comercial por esas aguas de tan intenso tráfico marítimo. En Somalia no hay un gobierno capaz de hacer frente no sólo a la piratería, sino de llevar las riendas del país. Somalia es un país con conflictos permanentes desde hace mucho tiempo.
Ahora bien: En ambos casos, ¿Quiénes son los responsables del tal estado de cosas? ¿Los intereses geopolíticos de las principales potencias mundiales? ¿Los señores de la guerra con su afán de lucro a costa de la ignorancia y sufrimiento de los pueblos? ¿Los grandes consorcios fabricantes de armas en el mundo? ¿Los Estados Unidos con su visión miope y errática de su papel de primera potencia mundial? ¿La Unión Europea, que a pesar de su relativa “juventud”, está llamada a jugar un papel preponderante y de primerísima importancia en el concierto mundial? ¿Los Organismos Mundiales como la ONU, FAO, UNICEF, OTAN, Grupo de los 8, etc., que pareciera no les inquieta el estado de injusticia y desigualdad que impera en el mundo y que parece sólo les importa relativamente lo que ocurre en sus propios países? ¿O los responsables son los propios países interesados?, que inmersos en su propia ignorancia y desidia no logran ver más allá de la punta de sus narices y por lo tanto, están condenados a permanecer irremediablemente en este estado actual de cosas sin que se vislumbre en el horizonte una luz de esperanza que les permita salir del atolladero, y por ende, alcanzar para su población, un nivel de vida y estabilidad cónsona con su condición de seres humanos.
De acuerdo a la Ley de Acción y Reacción de Newton, esta situación de injusticia, de desequilibrio en la distribución de las cargas entre las naciones del mundo, tiene como consecuencia inevitable una reacción: El odio y el resentimiento que sienten mucha gente hacia lo que consideran responsables o aliados de los factores causantes de sus males. Y la experiencia indica que esa reacción va dirigida, justificada o injustificadamente, en contra de los centros de poder, o de sus intereses o de sus ciudadanos. Los salvajes y sanguinarios atentados ocurridos en las grandes capitales del mundo es una muestra de este odio, de este rencor.
Lo más grave del asunto es que visto desde la distancia, el rechazo y la repugnancia que un hecho de esta naturaleza debe provocar en terceras personas, puede correr el riesgo de ser percibido no en toda su extensión y magnitud. Por el contrario, puede ser visto como un hecho de justicia. Puede ser sentido como un hecho que reivindica, de alguna forma, el “sufrimiento” de los “pueblos oprimidos”.
Recibir el nuevo año 2009 con esta perspectiva mundial, aunado al pensamiento de lo que ocurre en Zimbawue, Cuba, Afganistán, Irak, El Tibet, etc., y por supuesto, viviendo lo que ocurre en mi amado país VENEZUELA, convencido de que la actual desgracia y regresión que padecemos es, única y exclusivamente, responsabilidad nuestra; junto con el irrefutable hecho de que ahora soy un año más viejo, es lo que, al pensar en la frase “FELIZ AÑO 2009”, me hace recordar el título de una novela de uno de nuestros grandes escritores: “CUANDO QUIERO LLORAR, NO LLORO” o también el título de un famoso film: “¿POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS?”